12/10/2010 I Arte y Cultura I La Licenciada Sonia Sincich dió su conferencia en Croacia
"Croatas en Malagueño, provincia de Córdoba (Argentina). Un caso de cadena migratoria 1923-1930", fué el trabajo presentado por la Licenciada Sincich. En esta nota se puede leer el trabajo completo.
El pasado 4 de octubre la Licenciada Sonia Sincich, oriunda de Malagueño, dió su conferencia en Croacia: "Croatas en Malagueño, provincia de Córdoba (Argentina). Un caso de cadena migratoria 1923-1930".
En la prensa croata podíamos leer los siguientes términos, con relación a la conferencia de la Licenciada Sonia Sincich: "En presencia de numerosos invitados de nuestra vida pública, incluidos los expertos en materia de migración y los estudiantes de la etnología y la antropología, los representantes del Museo Etnográfico de Zagreb y del Instituto de Etnología e Investigación Folclore de Zagreb, dió su conferencia - en lengua española - un invitado de Malagueño: Sonia Sincich".
La conferencia fué acompañada por una exposición fotográfica de croatas en Malagueño, la misma estará vigente por dos semanas.
A continuación transcribimos el trabajo de la Licenciada Sonia Sincich:
CROATAS EN MALAGUEÑO, PROVINCIA DE CORDOBA (ARGENTINA)
Un caso de cadena migratoria 1923-1930
Caracterizar con exactitud a los croatas residentes en Argentina y particularmente en Córdoba desde principios del siglo XX, no es tarea sencilla; en primer lugar, por la denominación imprecisa –y en ocasiones equívoca- que de la nacionalidad de estos inmigrantes hacen los registros censales. En efecto, los croatas son designados generalmente por las fuentes oficiales como “austrohúngaros”, “austríacos”, “yugoslavos”, “italianos”, según la posición de Croacia en la cambiante configuración política y territorial de Europa en la centuria pasada.
En segundo término, se necesitan estadísticas precisas y fehacientes, tanto en el país desde donde emigraron, como en el país receptor.
La presencia croata en la provincia de Córdoba comenzó a tener notoriedad al promediar la década de 1920. Finalizada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), al descalabro económico europeo –traducido en alza de precios, insuficiencia de abastecimientos, descenso de la producción, desempleo-, se sumó la ocupación italiana del territorio croata – parte de Istria y costa dálmata-
Estas fueron las principales razones que indujeron a muchos croatas a emigrar a Argentina, donde la inmigración ultramarina era alentada por el gobierno nacional como parte de un programa de transformación económica y social.
En la provincia de Córdoba, la región agropecuaria del Sudeste, vinculada a la economía agroexportadora, y la región central –ciudad de Córdoba y zona de influencia-, caracterizada por un notable desarrollo del comercio, la construcción y ciertas industrias, se presentaban como áreas económicamente activas y, por lo tanto, como receptoras de importantes núcleos de población.
Los croatas se insertaron en distintos sectores de la producción; algunos invirtieron sus ahorros en el arrendamiento o compra de pequeñas propiedades agrícolas; otros se desempeñaron como trabajadores asalariados y jornaleros en las distintas empresas de la Ciudad Capital y sus aledaños.
Un número importante se inclinó por las actividades extractivas. La explotación de canteras calcáreas, particularmente las de Malagueño, La Calera y Dumesnil, próximas a la ciudad de Córdoba, requerían considerables cantidades de mano de obra.
La localidad de Malagueño se convirtió en los años ’20, en el principal productor de cal y piedra caliza, representando el 43% y el 65% respectivamente de la producción de la provincia.
Si bien allí la actividad minera comenzó en el siglo XVIII, recién con la construcción del ramal Córdoba-Malagueño del Ferrocarril en 1885, se inició la explotación intensiva de las canteras y la comercialización de sus cales en el mercado nacional e internacional. Acompañó este proceso, un crecimiento demográfico ocasionado por las migraciones internas –especialmente desde las provincias noroccidentales de Argentina-, la de países limítrofes y la migración transoceánica.
Así es como entre 1924 y 1930, arribaron a esta localidad –situada 20 km al Sudoeste de la ciudad de Córdoba-, un número importante de croatas y eslovenos y, en menor medida, de bosnios y montenegrinos.
Es de destacar que los croatas en Malagueño, están representados en su mayoría, por personas procedentes de un pueblo de Istria llamado Prapoće, tratándose de un caso de migración en cadena sobre la base de relaciones de parentesco.
En este marco adquieren relevancia las llamadas “relaciones primarias o premigratorias”, es decir vínculos parentales y vecinales establecidos en la comunidad primigenia que desempeñan un rol fundamental durante el proceso migratorio; inciden en la elección del país de emigración, los patrones de asentamiento y residencia en éste, la obtención del empleo, hasta la selección del cónyuge, la conformación de la familia y de otros vínculos sociales.
Estas relaciones, además de constituir estrategias para acceder a niveles de integración en el país receptor, cumplen en cierta medida, una función estructurante de la identidad étnica; permiten al inmigrante recrear y reafirmar, en un contexto que no es el propio, aquellos nexos sociales y culturales con su ámbito originario.
El lugar de origen
Prapoće, emplazado en el norte de la península de Istria, a 510 metros sobre el nivel del mar, es uno de los 15 pueblos de la comuna buzetana de Kras o actual comuna de Lanišće.
A comienzos de siglo XX, su población sumaba aproximadamente 400 habitantes (1). Las labores agropecuarias (siembra y pastoreo de ganado vacuno y ovino), junto a la explotación del bosque circundante, constituyeron el principal medio de vida. Un pueblo ganadero no podía existir sin herreros y carpinteros, pero había, sobre todo, albañiles y picapedreros. Las mujeres, además de trabajar en el campo, elaboraban tejidos de lana y lino que luego vendían en las ciudades.
Es importante mencionar que entre los nativos de Prapoće existieron estrechos vínculos comunitarios, perceptibles en la organización de las actividades económicas, la religión –la devoción festiva a la Virgen María, San Blas y Santa Lucía-, el lenguaje –el idioma croata en sus formas dialectales: Kajkavsko, čakavsko y, especialmente los parentescos.
Con respecto a estos últimos, debemos señalar que los habitantes del pueblo estaban emparentados entre sí por vínculos directos e indirectos, lo cual evidencia un comportamiento matrimonial endogámico muy fuerte y acentuado a nivel local.
Esta es la causa de la repetición de nombres y apellidos, contabilizándose familias enteras con patronímicos idénticos. Sin embargo cada familia se distingue por un apelativo llamado “kortama”, que designa al patio de la casa habitada por el padre, la madre y los hijos.
Así, personas del mismo apellido tienen “kortamas” diferentes: Jekomarov, Jekominčićev, Vicencov, Gučev, Tonkov, Perov, etc.
Al término de la Primera Gran Guerra, las carencias económicas impulsaron a la población masculina económicamente activa, a abandonar de manera progresiva el pueblo con la intención de conseguir empleo y contribuir al mejoramiento de la situación familiar. Además, el impacto de la Gran Guerra fue contundente para quienes la vivieron: “… y me acuerdo cuando empezó la guerra mundial de 1914. Me fui a misa con mi madre, y de paso, a llevarle a mi papá el almuerzo porque estaba cuidando los animales … Entonces, cuando llegamos (a Lanišće), vimos que había papeles clavados en la planta de lipa de la plaza. Nos dijimos que esos papeles han venido para que mañana se presenten de tal, tal y tal edad, los hombres para ir a la guerra. Cuando llegué a donde estaba mi padre con los animales ¡sonso uno cuando es chico!, le dije que han llegado papeles para ir a la guerra. ¡Porqué no me callé la boca!, no probó comida, sino se puso a llorar … Durante la guerra, había un camino por el que nosotros íbamos a Buzet o a Roc y cuando tocaba venir de noche, o del trabajo, o de cualquier lado, nos metíamos debajo de un árbol y veíamos cómo pasaban las balas; rojo, rojo y rojo … pasaba rojo toda la noche. Así, el que no estaba en la guerra, le tenía miedo de afuera …” (2)
Bajo estas circunstancias, se inició en Prapoće un movimiento masivo orientado preferentemente hacia Argentina. Las expectativas de los jóvenes migrantes –sus edades oscilaban entre 18 y 28 años-, se limitaban a trabajar algún tiempo en lo que fuere, ahorrar dinero y regresar cuando las condiciones mejoraran.
Croatas en Malagueño
Para individualizar a los croatas residentes en Malagueño en el período considerado, fueron consultados los libros del Registro Civil, donde están inscriptos los nacimientos, matrimonios y defunciones del municipio. Allí los croatas aparecen consignados como “austríacos” y mayormente como “italianos”, por lo cual se recurre a sus apellidos y a los pueblos, ciudades o regiones de nacimiento declarados, para inferir su nacionalidad.
Una fuente alternativa la constituyen los legajos de personal de la Firma Sucesores del Dr. Martín Ferreyra, empresa que lideraba la producción de cales y en la que trabajaron numerosos croatas.
Solo se da cuenta aquí de aquellos inmigrantes cuyo paso por esta localidad quedó documentado en las fuentes nombradas. Hubo muchos otros de los cuales tenemos conocimiento por referencias obtenidas en testimonios orales.
Los inmigrantes localizados entre 1924 y 1930, son mencionados en las actas civiles al estar involucrados en alguna instancia demográfica: se casaron, fueron padres, fallecieron o atestiguaron estos hechos.
En base a los datos obtenidos de los registros, los croatas fueron agrupados en función de ciertas características básicas: apellido, edad, lugar de nacimiento, estado civil, profesión. También de acuerdo a la fecha de ingreso al país y la de ingreso a la Firma Sucesores del Dr. Martín Ferreyra, información proporcionada por los legajos de personal.
De este modo se pudo establecer la composición de la cadena migratoria originada en Prapoće y formada por grupos de hermanos pertenecientes a 15 familias: Šverko (Gučev I), Grbac (Jekominčićev), Šverko (Tonkov I),, Šverko (Tonkov II), Sinčić (Vicencov), Žudić (Perov I), Žudić (Perov II), Šverko (Viceć), Černeha (Markov), Šverko (Šav), Šverko (Gučev II), Sinčić (Benićev), Šverko (Frankov), Šverko (Tonkov III), Šverko (Gučev III). (3)
La intensidad de las homonimias ha dificultado en principio el establecimiento de los parentescos. No obstante, en base a referencias proporcionadas por los inmigrantes, se ha podido establecer –además de los vínculos filiales entre ellos- algunos parentescos consanguíneos, principalmente primos en primer y segundo grado. Así, los Frankov eran primos hermanos de los Tonkov y de los Jekominčićev; algunos Gučev lo eran de los Tonkov, los Vicencov de los Benićev y los Perov estaban emparentados con los Jekominčićev.
Estos vínculos preexistentes terminaron de completarse en la nueva sociedad por la vía del matrimonio.
El intervalo temporal entre la llegada de los distintos miembros de la cadena fue relativamente corto. Debe aclararse que el criterio adoptado para la delimitación de las etapas de la migración, se basa en la fecha de arribo al país de los habitantes de Prapoće cuyo destino fue Malagueño.
La mención es necesaria, puesto que del total –inestimado en términos absolutos- de personas provenientes de ese lugar, sólo un grupo se estableció en esa localidad de la provincia de Córdoba. Algunos permanecieron en Buenos Aires (capital de la República Argentina), mientras otros se dirigieron a la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe.
El primer grupo que arribó a Malagueño en 1924, había llegado a Argentina en 1923. A los miembros de esa primera tanda varonil los llamamos “inmigrantes primarios o pioneros”, porque fueron los primeros, dentro del grupo estudiado, que tomaron la iniciativa de emigrar.
En Buenos Aires desarrollaron tareas diversas en relación de dependencia; se emplearon como jornaleros en fábricas y trabajaron también en el tendido de líneas ferroviarias. Agotadas o insatisfechas sus aspiraciones laborales, optaron por aventurarse en otra provincia: “cuando llegamos a Córdoba, entramos a una cantina de italianos en Barrio San Vicente y preguntamos dónde podíamos conseguir trabajo. Nos dijeron que en la fábrica de cal de Malagueño necesitaban trabajadores. Salimos del bar, tomamos las vías del tren y caminamos hasta Malagueño” (4).
En el período 1924- 1928 se dio el mayor caudal migratorio; comenzó el reagrupamiento familiar entre los migrantes anteriores con los recién llegados. En algunos casos, estos últimos trabajaron transitoriamente en Buenos Aires antes de instalarse en Malagueño; en otros, los nuevos inmigrantes se conectaban a través de la correspondencia con los que estaban trabajando en Malagueño, para que éstos fueran a Buenos Aires a buscarlos.
El último ciclo de la inmigración del grupo de Prapoće fue entre 1929 y 1930. Llegaron muy pocos hombres y algunas mujeres con perspectivas concretas de matrimonio: algunas casadas por poder y otras “llamadas” por sus futuros consortes: “Santiago (Jakov), que estaba acá, me escribió si yo quería venir; primero pensé un poco, después le contesté que sí. Si un novio quiere que vayas donde está él, tiene que mandarte el dinero para el viaje; él me dijo que, por lo pronto no me mandaba nada, que me diera mi papá, que él le iba a devolver. Así fue y me vine poco tiempo después que nos empezamos a escribir” (5).
En Malagueño, los nativos de Prapoće conocieron y se relacionaron con sus connacionales de otros pueblos de Istria, Podgaće, Trieste, Gorizia y de otras regiones. De éstos ignoramos el mecanismo de sus procesos migratorios y conexiones familiares, ya que aparecen en la mayoría de los casos como individuos aislados.
Los croatas en su conjunto fundaron en 1931 la Delavsko Podporno Društvo –Slavija-, que persistió hasta 1942 y en la que participaron también algunos eslovenos y bosnios.
La llegada de estos extranjeros a la localidad estuvo íntimamente relacionada con la disponibilidad de trabajo. Los establecimientos mineros del lugar demandaban mano de obra para cubrir puestos de picapedreros, foguistas, caleros, barreteros, maquinistas.
Para la mayoría de los croatas residentes en Malagueño, éste fue un hábitat transitorio en la búsqueda de un destino definitivo.
Al despuntar la década de 1940, algunos de ellos iniciaron un nuevo desplazamiento hacia otros horizontes, dentro de la provincia de Córdoba y hacia otras provincias argentinas.
Posiblemente la movilidad espacial estuviera unida a la concreción de cierta movilidad ocupacional –acceso a puestos calificados, con mejores remuneraciones-, movilidad minimizada en Malagueño por las limitaciones de la estructura económica local.-
Licenciada Sonia Sincich
Malagueño, 12 de Julio de 2010
Un especial agradecimiento a Vesna Kukavica por la información y las fotos proporcionadas.
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